La medicina reproductiva es un avance de la ciencia biológica que permite, entre otras cosas, la postergación de la maternidad. Conoce todos sus beneficios.
Nadie duda ya de cuánto ha avanzado la medicina reproductiva en el acompañamiento de las mujeres que retrasan su maternidad. Esto ha sido quizás una cuestión que permite medir los grandes avances médicos, los logros que hacen que una mujer pueda tener un hijo a la edad en que muchas otras son abuelas.
En materia reproductiva tenemos el mismo reloj biológico que hace miles de años. En la Edad Media, una mujer de 40 años, si llegaba, era una anciana. Hoy a los 40 está espléndida, pero sus ovarios no evolucionaron al mismo ritmo, y lo más probable es que le cueste ser madre. Además, ninguna viene a decirnos: «Doctor, voy a hacer una carrera antes de tener un hijo». Vienen después.
Comentó Santiago Brugo Olmedo.
¿Cuando comienza a descender la fertilidad femenina?
Santiago Brugo Olmedo agregó
Puede sonar utilitarista y hasta frío, pero la recomendación es que si a los 35 años una mujer aún no fue madre y quiere posponer su maternidad por alguna causa (no tiene pareja, le ofrecieron un puesto jerárquico y un hijo la complicaría), debería vitrificar sus óvulos. La «juventud» de sus óvulos es crucial. Esto no pasa con los varones, entre quienes, si bien con la edad disminuye la fertilidad, jamás ocurre de una forma tan contundente. Si una mujer quiere ser madre a los 45, 46 o 47, con óvulos reservados 10 años antes tendrá muchas más posibilidades. Será tal vez un embarazo más complicado, pero perfectamente posible
¿La medicina reproductiva sólo permite el embarazo con óvulos propios?
La donación es anónima, pero no altruista. No puedo decir cuánto se paga a una mujer que dona sus óvulos, pero para un centro de fertilidad representa una inversión muy importante, ya que son pacientes muy estudiadas. Tienen hasta 32 años, con dos o tres hijos, de sectores humildes; y deben ser sanas, no haber sufrido enfermedades o desnutrición. Para la mujer que recibe el óvulo, buscamos una donante que tenga un fenotipo similar en color de cabello, ojos y contextura física.
Los médicos fuimos los primeros en creer que estaba todo listo. A mitad de los años 80, con la primera fertilización in vitro, estábamos convencidos de que se acababa la esterilidad. Pero, aun así, seguía habiendo mujeres sin embarazos. Cuando en el 93 apareció el ICSI (Inyección Intracitoplasmática de un espermatozoide), estuvimos convencidos otra vez: hombres sin espermatozoides podrían ser padres. Pero no. La medicina reproductiva no dio respuesta a todo.
Terminó el especialista.